ZONAS COMUNES
Engelen
Botadura
1510/1511
Astillero
Bremerholm (Copenhague)
Medidas
35 metros de eslora
por 13 de manga (aprox.)
Tres puentes y cuatro palos
(el mayor de 37 metros de alto)
Desplazamiento
1.500 toneladas (aprox.)
Tripulación
136 marineros + 12 artilleros
Gran Buque
Engelen
Transcurría el año 1517…
Tras la muerte de Fernando el Católico (1452-1516), el reino resultante de la unificación de las Coronas de Castilla León y Aragón, se encuentra a la espera del heredero para ocupar el trono.
El Cardenal Cisneros (1436-1517), nombrado regente para conducir las tareas de gobierno del Reino, reclama con urgencia la presencia del primogénito del matrimonio de la Reina Juana I de Castilla con Felipe El Hermoso. Éste se correspondía con Carlos de Habsburgo (1500-1558), en aquel momento Duque de Braganza y Archiduque de Austria, que contaba a la sazón con 17 años de edad.
La premura con la que Carlos es llamado por Cisneros, se deriva del creciente apoyo que, para la causa de Fernando, hermano menor del primero, manifiestan los nobles castellanos. Así, Carlos se dispone para ocupar la sucesión a la Corona de Castilla León y Aragón, y ante su escasez de recursos recurre a su cuñado Christian II, Rey de Dinamarca, quien le presta una comitiva de 40 barcos entre los que figura el Engelen.
A bordo de este gran buque, sale del puerto de Fleminga el 7 de septiembre de 1517 y aunque el destino en principio elegido fuera Laredo, después de una gran tormenta la expedición se encuentra arribando a costas del territorio asturiano, concretamente a la localidad de Tazones, en la desembocadura de la ría de Villaviciosa.
El barco en que se desplazó desde Flandes el Archiduque de Austria, era una auténtica joya de la navegación con un desplazamiento próximo a las 1.500 toneladas y casi 40 metros de eslora. A continuación de atracar en tierras cantábricas, el buque navega de nuevo hasta refugiarse en Pasajes, lugar del que nunca saldrá para surcar de nuevo los mares, ya que en 1518, es objeto de un incendio que origina su hundimiento.
El hallazgo, que se puede ubicar justamente enfrente de esta casa, al otro lado del canal, en el año 1937 de un cañón con una inscripción que dice «Me llamo Rosita – traigo muerte y parálisis en el año 1509 – me ha fundido Hans Vestenone – esto es verdad», que se conserva en el Museo de San Telmo de Donostia San Sebastián, hace presagiar que los restos del gran buque permanecen en el lecho de la entrada a la bahía, a la espera de posicionar exactamente su situación, y proceder al rescate de los restos del naufragio, si esto fuera posible.
